domingo, 6 de abril de 2014

Tiro al blanco.




You don't know, you don't know, 
Is it love? Is it hate?
What are we changing?
What are we doing?

Con esos versos, Tinkara Jovac entona el coro de su canción mitad mezcla étnica, mitad letra incomprensible, Spet (Round and round). Y parece que da justo en el blanco, porque describe muy bien la reacción que esta canción produce en mí (y quizá, en muchos de ustedes). ¿Es odio o es amor?

Es la pregunta sin respuesta.

Por si el concepto de vueltas y vueltas (o alrededor y alrededor) no nos quedara claro, la cámara se pasa gran parte de los tres minutos girando en órbita concéntrica alrededor de un escenario circular.



El concepto de circularidad que intentan plasmar en canción se enfatiza aún más por las manos de las coristas, por la iluminación centrípeta, y por las letras que nos dicen:

Is a moment, 
Just a circle, 
Just a song you play on repeat.

Pareciera que la intención de los autores y de la intérprete fuera hipnotizarnos para que esta canción -en loop infinito- se adhiriera a la mente de la audiencia. Y se valen de ese sonido hipnótico que casi nunca falta en Eurovisión (y que el año pasado, se llevó el triunfo), el de la flauta.

Pero se trata de un hipnotismo barato, sin contenido. No esa sensación de distanciamiento de la realidad que producen algunas canciones verdaderamente cargadas emocionalmente, con contenido. Piensen en Euphoria, por ejemplo.

Y precisamente por eso, Spet encuentra sus puntos más brillantes precisamente cuando se sale del ritmo circular y repetitivo de su música. Primero, cuando en el puente de la canción, Tijana canta, casi amenazante:

I'm gonna show you how to breath, 
I'm gonna show you how to leave, 
I'm gonna hold your heart in hand, 
I'm gonna make you understand...

Y segundo, cuando deja de lado el inglés que abona muy poco con letras tan pointless, y nos interpreta el coro en Esloveno. Es entonces cuando la canción suena auténtica, y sobre todo, suena votable.

Cuando en Eurovisión se apuesta a una pieza tan conceptual como ésta, donde ni el mensaje queda claro, ni la estructura musical de la canción le permite crecer a lo largo de los tres minutos de duración, hay que ser muy cuidadosos. Una apuesta así, tan conceptual y tan extraña, es un dardo que solamente se lanza una vez. Y es díficil dar en el blanco a la primera.

Spet (Round and Round), Tijana, Slovenia. 
7.0/10