viernes, 21 de marzo de 2014

Extreme makeover, Eurovision edition.

Siempre es bueno comenzar con un cambio.

Y si hay alguien de quién aprender sobre cómo cambiar en Eurovisión este año, es Ucrania.

Este año, en un tick-tock, la propuesta ucraniana pasó de calabaza a carrosa, experimentando una transformación que llevó a su candidatura de la mediocridad a algo mucho mejor. Cenicienta realoaded, de un día para otro.

Ucrania sabe cómo llenar el escenario con una mujer poderosa al pisarlo. Es el país de las artistas energéticas que inundan el escenario con belleza (Ani Lorak 2008), energía sexual (Svetlana Loboda 2009) o bailes salvajes (Ruslana 2004); y lo transforman lo mismo en una fantasía mágica (Zlata Ognevich 2013), que un carnaval de color (Gaitana 2012) o en una fiesta electro-gay-drag (Verka Serduchka 2007, que dicho sea de paso, no es mujer).

Este año, la propuesta inicial de Ucrania se sentía plana, aburrida y falta de energía. María Yeremchuk no llenó los ojos a nadie, y su canción tuvo que pasar por dos transformaciones hasta llegar a su forma actual, que dista de ser perfecta, pero que se llevará el premio al mejor make over. 




Una larga introducción plagada de momentos instrumentales (o debo decir, de momentos llenos de silbidos), lleva al coro hasta el segundo 59 (¡prácticamente después de un minuto!), y entonces, una letra que no dice mucho, pero que destaca como uno de las pocas apuestas rítmicas que evocan al Eurovision de los años 2000.

Ese Eurovisión donde la propuesta rítmica y el coro pegadiso y los arreglos pop dieron grandes canciones al festival, y en donde Ucrania obtuvo muy buenos resultados con 7 canciones en el top ten en los últimos diez años.

Este año, Ucrania le apuesta a eso mismo que le ha apostado año tras año. Pop con un toque de estilo. Pero Cenicienta es un historia clásica, y en este sentido, Tick tock es una clásica canción eurovisiva, que suena un poco fuera de foco en un festival que cada vez pasa más de lo mainstream a lo artsy, lo vanguardista, lo alternativo.

Y así, por más que quiera emocionarme ante el gran avance de Ucrania desde diciembre hasta esta versión final, no puedo hacerlo. Y es que el 10 de mayo, para tick tock, se vislumbra como las 12 de la noche en la clásica historia de la huérfana con zapatillas de cristal: ese momento en que los corceles se vuelven ratones, la carrosa en calabaza y la canción en una más de las que quedarán en la segunda mitad de la tabla.

Después de todo, a pesar de que muchos seguidores del festival amemos las transformaciones, no puedo dejar de reconocer que ésta no es, por mucho, una gran canción, como las que Ucrania nos tiene acostumbrados a escuchar.


Tick tock, Maria Yeremchuk, Ukraine. 
7.5/10

1 comentario:

  1. Acertada reseña, me parece que este año Ucrania tendrá que estar mucho más pendiente de la puesta en escena para encontrar el balance con una canción un poco vacía, blanda. Si tuviera que elegir una de las versiones que se hicieron para esta canción, me quedaría con la segunda (creo que es la que se presentó en la Final de Malta). saludos

    M.

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