lunes, 17 de marzo de 2014

Prólogo. Regreso a casa.


El festival está de vuelta. Y regresa más auténtico que nunca. Eurovisión, con sus 37 canciones, nos abre la puerta de nuevo, y los que amamos esta experiencia nos sentimos de regreso en órbita, de regreso a casa.

El rompecabezas de 37 piezas -cada una, síntesis de tres minutos de la idea a transmitir por un país- está todavía desordenado, y es que éste es un festival complejo, díficil de descifrar, por la autenticidad de muchas de sus canciones, y por la sensación tan artsy que impregna a muchas de ellas.

No es el típico festival de Eurovisión, y muchos están teniendo dificultades para entender este cambio. Y es que desde Azerbaiyán hasta Irlanda, se siente una evolución musical hacia un festival menos homogéneo, más genuino, multi-layered. No es un producto de fácil digestión, pero más que nunca vale la pena conocerlo muy de cerca y atreverse a probarlo.

La canción de Malta, este año, sintetiza de manera perfecta mi perpeción del conjunto de piezas que escucharemos en Copenhague en menos de dos meses. Coming Home, regreso a casa. Y por eso, sirve como prólogo a esta serie de 37 entradas, que comienzan hoy.


Firelight, el grupo que representa a Malta, interpreta esta canción de manera simple pero sentida. El mensaje, es esencialmente una invitación para conocer al remitente del mismo, y para embarcarse a un viaje que llevará de regreso a casa. Los primeros versos ya dejan clara la intención:

Look me in the eye and electrify my bones, 
I ain't gonna leave until you know my name...

Haciendo alusión a esos casos en los que alguien o algo aparece frente a ti, y es irresistible al instante. Y precisamente, esa es mi opinión de la canción maltesa de este año, que construye sobre el crescendo que sus dos últimas predecesoras cimentaron, y trasciende como la más refinada pieza de la isla mediterranea desde que yo sigo el festival. Desde la primera escucha, es claro que hay algo interesante por conocer.

Porque se trata de una apuesta que se apoya en dos fortalezas escenciales: la simplicidad de la letra y lo artesanal del sonido. Cuerdas y percusiones muy al natural, son lo que escuchamos durante tres minutos: ni un solo sonido electrónico prefabricado, casi sin arreglos ni sobreproducción digital, algo tan común en un festival como Eurovisión. Estas dos cualidades hacen a la canción sentir natural, casi espontánea. Como si de repente, en una reunión, los seis integrantes del grupo se hubieran encontrado y la canción naciera por generación espontánea, sin ningún plan, simplemente porque hay cosas que necesitan música para ser expresadas.

La letra habla de no desperdiciar la oportunidad ni el tiempo, y la apuesta de Malta tampoco lo hace:

I’m not holding back no I ain’t wasting time
If you want me near then you must come for the ride
If your sky will fall, I’ll shelter you from the rain
There’s not a cloud in the sky 
that can come in the way
Roaming through fields, I’m trying to find this new land

Ahí es donde radica la genialidad de una canción como la de Malta: una letra metafórica que logra sentirse natural gracias a la sencillez con la que el mensaje se interpreta.

El amalgama que une a esas dos piezas a la perfección son las dos voces que resuenan y acompañan a la música. Especialmente, la de Richard Edward Micallef, que lleva en su voz el peso principal de los primeros dos minutos de Coming Home, hasta que Michelle Misfud -la única voz femenina del conjunto, que hace segunda voz gran parte de la canción- toma un papel preponderante y nos dice:

Trying to build up the words to say what you mean to me, 
Gonna open your eyes and let you know what I mean. 

Para cuando ese momento llega, yo ya acepté la invitación de la canción. Estoy ya de viaje con Firelight, y me siento de regreso a casa, de regreso al  festival que -en muchas ocasiones- suena y se escucha tan bien como la canción maltesa este año.



P.D. Los instrumentos que escuchamos en la canción son: guitarra acústica, percusión, bajos, armónica, batería, y el dulcimer apalache, un instrumento de origen norteamericano.

Coming Home, Fireligh, Malta.
9/10



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