jueves, 28 de noviembre de 2013

2. Fairytale, Norway, 2009.

En 2012, escribí:

"Los años recientes del festival de eurovisión, se dividen en antes y después de Alexander Rybak.

Un reportero, en la conferencia de prensa del ganador del festival de 2009,  le preguntó a Alexander algo así como lo siguiente:

¿Qué sientes al darte cuenta que tu composición gustó más que la música de Andrew Lloyd Webber?
 ¿Qué tu apariencia encantó más que la de Sakis Rouvas?
 ¿Y qué tu voz deleitó más que la de Chiara?

(Para quienes no sepan, Andrew Lloyd Webber ha compuesto muchos de los musicales más exitosos en la historia del teatro musical -Jesucristo Superestrella, Evita, Cats, el Fantasma de la Opera-; Sakis Rouvas es un ídolo en Grecia y países vecinos, que había obtenido un tercer lugar en el festival de 2004, conducido el festival de 2006, y que es consentido de los eurofans; y para 2009, Chiara le había dado, un tercer y segundo lugares a Malta en los festivales de 1998 y de 2005, con su voz excepcional).

La pregunta muestra lo competido que fue aquel festival, al menos a priori. En 2009, se pueden contar cuando menos 15 grandes canciones, todas excelentes en diversos sentidos, que en otros años hubieran peleado por el primer lugar.

Pero no, Alexander, desde el momento en que se proclamó ganador de la preselección noruega, fue el favorito de las encuestas, de las apuestas de pago, de los eurofans, de los jurados, y, en última instancia, del público.

La mayor cantidad de puntos obtenidos por una entrada en la historia del festival, 387, -y se antoja que ese récord no lo rebase nadie, nunca-; la mayor distancia entre el primer y segundo puesto -nada más 169 puntos-; le dan a Alexander Rybak y su fairytale el título de "leyenda eurovisiva", y no es dificil saber por qué ganó".

Y es que sí, esta canción es extraordinaria. Una de mis grandes favoritas de todos los tiempos, dentro y fuera de Eurovisión. Realmente difícil no perderse en este cuento de hadas:






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