viernes, 19 de abril de 2013

Review. I feed you my love, Norway.

Una cara angelical, una música que por momentos suena casi agresiva, una voz armónica y potente, pero al mismo tiempo misteriosa. Sutilidad y seducción. Contención y explosión. De esa combinación tan extraña y aparentemente contradictoria surge una de las grandes canciones favoritas -y con justa razón- de este festival de Eurovisión: I feed you my love, la propuesta noruega que interpreta Margaret Berger.



Da gusto que haya países que apuesten por una canción que suena moderna y al mismo tiempo elegante. La gran construcción musical armoniza perfectamente con la letra, que mediante una serie de metáforas un tanto ambiguas logra transmitir un mensaje claro: I feed you my love.

A cocoon
in a silent tree
through the dark night
you listen to me
when I whisper
broken words
in your ear
And you push
you push me hard
to the surface
I'm blinded at heart
but you wake me
wake me up
from the snow
where I was born


La sutileza de esta canción se evidencia en la puesta en escena que Margaret presentó en la preselección noruega: ella sola, en el escenario, con un pedestal, prácticamente sin moverse. El contraste de esta visión (Margaret casi ni se inmuta, y de hecho, cuando lo hace e intenta bailar, es el momento menos bueno de la canción) con los sonidos de la canción producen un efecto interesante.

Pero resulta aún más interesante que esta canción esté tan bien posicionada en las casas de apuestas. Normalmente, una propuesta tan peculiar tiende a pasar un poco más desapercibida antes de que llegue propiamente el festival... entonces ¿qué es lo especial de I feed you my love? ¿Por qué las cosas pintan tan bien para Noruega, un país que un año arrasa (como en 2009) y otros tres obtiene resultados terribles (como en 2010, 2011 y 2012)?


Mi explicación radica en lo atípico de esta canción. I feed you my love no es la típica canción con sonidos electrónicos que se suele ver en Eurovisión, tampoco es música 100% pop, no es una balada, ni tampoco es un espectáculo casi transgresor (a la Verka Serduchka), no. I feed you my love es una peculiar y poco vista fusión de serenidad (en la interpretación de Margaret) y explosión (en las secciones más electrónicas de la melodía), es una rara mezcla de una letra abstracta y metafórica con una interpretación muy directa y al desnudo. Aún cuando te pierdas en la letra un tanto extraña, la mirada y cada uno de los movimientos de Margaret transmiten no solamente un mensaje, sino una emoción.

Y todo ello hace a I feed you my love una canción extraña, casi desconcertante. Y con esa extrañeza, esta canción desvela algo que es único, especial, y ahí es donde radica su genialidad: I feed you my love revela que una gran canción no tiene que ser "lo que esperabas" para ser una gran canción.

Esta canción nos muestra que a veces, aún en un proyecto tan comercial como lo es Eurovisión, se puede sentir la genuina emoción de ser tomado por sorpresa por algo diferente. Y cuán satisfactorio resulta ser sorprendido con una pieza de tanta calidad.

Algunos identifican esta canción como el "batacazo" (palabra que en México no se emplea, pero que leo mucho por ahí) de este año: la canción sobre la que se vierten grandes expectativas, y al final, obtiene un lugar terrible. Yo creo que sería demasiada mala suerte para Noruega, llevarse un "batacazo" dos años seguidos.

Además, la aportación de I feed you my love este año al festival es demasiado grande como para no ser valorada. No todos los días tenemos estas cosas tan poco comunes y a la vez tan encantadoras. Casi hipnotizantes.

I feed you my love, Norway. 9.5/10
Intérprete: Margaret Berger.
Letra y música: Karin Park, Robin Lynch, Niklas Olovson

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