lunes, 7 de mayo de 2012

España en Eurovisión.

Hasta ahora no he hecho mención alguna a España, el país con el que mi país comparte fuertes lazos históricos y lingüísticos. Pero creo que antes de ir al meollo del asunto (Pastora Soler y su "Quédate conmigo"), vale la pena hablar un poco sobre mi perspectiva de lo que los españoles han hecho en el festival.

Aprovecharé también para ir MUY atrás en la historia de Eurovisión, porque -tristemente- el último triunfo de España sucedió hace más de 40 años. Aquí un repaso por las décadas del festival a través de algunas de las actuaciones españolas que me parecen más destacadas.

En 1968, España ganó por primera vez el festival de Eurovisión con "la, la, la" una canción que reflexiona diciendo que "todo en la vida es como una canción". El país logró 29 puntos, y se alzó a la victoria en una competencia en la que únicamente había 17 países europeos.


Al año siguiente, España repetiría su triunfo en el único año en que ha habido cuatro ganadores debido a la ausencia de una clara regla de desempate. La canción: "Vivo Cantando", en voz de Salomé:



En los años setenta, el triunfo no llegaría, pero sí que hubo actuaciones dignas. Quizá la más recordada es la de Mocedades, que con "Eres tú", le dió un segundo lugar a España, al perder el primer puesto frente a la extraordinaria Tu te reconnaîtras, de Anne-Marie David, representante de Luxemburgo. Pero veamos a Mocedades:


¿No era maravillosa la orquesta en vivo?

Los años de sequía siguieron en los ochenta, y en los noventa, se obtuvieron un par de destacados resultados con Azúcar Moreno y Sergio Dalma, pero el que más me interesa retomar es el de Anabel Conde, segundo lugar en 1995.

Qué exquisita canción, suena tan española y a la vez tiene un atractivo que me parece universal:



El nuevo siglo trajo lo que me parece la debacle de España. Y es que desde que comencé a seguir el festival, han fallado en entusiasmarme por sus propuestas. Televisión Española ha intentado bateando pelotas por todos lados, a ver sí en algún golpe le atinan: la canción "perfectamente festivalera con el estribillo en inglés" que haría ganar a Rosa en 2002, pero la llevó solamente al sexto puesto; la "lección de juvenil buen gusto" de Beth con Dime, que los dejó con un 7o lugar; el ritmo latino de Ramón que abrió el festival de 2004 y le dió a España su último top 10; los fracasos consecutivos de Son de Sol con "Brujería" y Las Ketchup con "Bloody Mary"; la burla al festival de Chiquilicuatre y su guitarra de juguete en Helsinki en 2007; D'NASH en 2008 -sin comentarios-, y ya, mejor no sigo.

Los últimos 3 años le pusieron un poco de corazón, pero no alcanzó.

Y no es que yo no valore el impetú que Soraya le puso a su actuación en 2009, o el profesionalismo de Daniel Digés ante la irrupción a su actuación, o la buena cara que Lucía Pérez le dió al festival en 2011 pese a haber sido enviada con una canción que ni le gustaba ni le favorecía.

También, la canción de Beth me parece excelente, y la aprecio mucho, pero algo anda mal con España.

Y es que por momentos quisiera poder entusiasmarme por una canción en español en Eurovisión, y España, hasta 2011, no me había dado eso -porque digo, en 1995 yo aún no seguía el festival-. Detecto dos fuentes del problema.

Desde mi perspectiva, el primer problema de España ha sido que Televisión Española no ha tenido una política clara en cuánto al debate "dentro-fuera", esto es, sobre si la canción que los representa debe agradar a la audiencia española aunque sea irrelevante para el resto de los europeos; o si la audiencia española debe sacrificar un poco de la peculiaridad de su gusto y buscar -como lo hace Suecia año con año- algo con una capacidad de atracción más amplia. Las preselecciones españolas a veces parecen muy orientadas a las audiencias internas que no necesariamente son el mejor "ensayo" para la audiencia pan-europea que vota en el festival.

Y el otro problema es problema y a la vez motivo de orgullo. España siempre canta en español. Y digo, qué bueno que lo hagan, porque si no, nuestro idioma quedaría fuera del festival (o Rumanía nos lo robaría de manera permanente como hacen este año con la mediocre propuesta de Mandinga: http://unmexicanoeneurovision.blogspot.mx/2012/04/review-zaleilah-rumania.html). Pero en un festival donde de forma abrumadora la mayoría de las canciones ganadoras son interpretadas en inglés, ceder un poco, un par de veces, no haría daño.

Siempre he dicho que, por ejemplo, "Dime", la canción de Beth en 2003, de haber sido interpretada en inglés hubiera peleado codo a codo por el primer lugar.

Y es que -a pesar de lo mucho que me encanta mi idioma- el español no tiene ese "misticismo" que idiomas balcánicos como el serbio poseen, ni tiene la cadencia melódica del italiano. Cuando Europa escucha a Daniel Digés no piensa en Željko Joksimović (http://unmexicanoeneurovision.blogspot.mx/2012/04/review-nije-ljubav-stvar-serbia.html), simplemente se pregunta qué estará queriendo decir.

Lo anterior, hace que España tenga que hacer un esfuerzo de 100 para obtener la posición que Rusia obtiene por solamente hacer la gracia de mandar unas abuelitas con música dance a hacer tonterías sobre el escenario. Sí, el festival es injusto con España. Pero no se trata de cruzarse de brazos ante ello.

Porque no cabe duda que España ha obtenido peores resultados de los que merecía en innumerables ocasiones, y creo que este 2012 es el último rayo de esperanza para Televisión Española.

Porque si con Pastora Soler no se obtiene un resultado digno, es más, me atrevo a decir, si con "Quédate conmigo" no se da la batalla por los primeros lugares de la tabla, mis amigos españoles perderán la esperanza (y con justa razón, porque Pastora es su mejor propuesta desde Anabel Conde).

Y no, no será posible argumentar que el festival no entiende a España. Simplemente habrá que pensar en ceder un poco e intentar, aunque sea por una vez, enviar una propuesta en inglés.

Para mi, a lección estuvo clara desde 1968, porque Massiel no ganó por decir "todo en la vida es como una canción, te cantan cuando naces, y también en el adiós". Más bien ganó por cantar, con un atractivo universal, más de cien "la, la, la" en su canción, algo que, amigos, todos los jurados de Europa supieron entender.

(Espero no recibir jitomatazos)
Pancho.





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